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Una efigie única, en Aralar

La Cruz de San Miguel es un regalo que, según la leyenda, realizó el propio Arcángel al caballero Teodosio

La Cruz de San Miguel es un regalo que, según la leyenda, realizó el propio Arcángel al caballero Teodosio. En un inicio, hacia el siglo VIII, la imagen habría sido un icono. Posteriormente, la intercesión de San Miguel, que era requerida para las efemérides y batallas por parte de los navarros, provocó que pasara de ser un objeto de veneración a un estandarte sagrado.

Con el tiempo, el icono se transformó en estatua de madera, sencilla pero capaz de ser portada en lo alto como bandera de las huestes de Pamplona. También era venerada en la liturgia y en las procesiones.

Posteriormente la imagen se fue plateando y dorando en los períodos románico, gótico y renacentista. El uso devocional y los robos provocaron que fuera nuevamente recubierta con plata en el siglo XVIII, decisión del obispo Juan Lorenzo Irigoyen y Dutari, asesorado por el capuchino padre Tomás de Burgui.

Ellos no se limitaron a proteger la efigie, sino que en la cruz que sostiene el Arcángel mandaron incluir los fragmentos del lignum crucis, traídos de Jerusalén por el obispo Pedro de Roda hacia el año 1100. Estas reliquias son fragmentos de ciprés rojo y nogal, que se corresponden con el patibulum, o madero horizontal de la Cruz de Cristo, y con el titulus, o cartel condenatorio del Señor, más conocido con el nombre de INRI.

Evolución de la Cruz de San Miguel   

San Miguel – S. XII

San Miguel – S. XIV

San Miguel – S. XVII

San Miguel – Actual

San Miguel venciendo al demonio

En la imagen de San Miguel de Aralar el ángel porta la Cruz de Cristo en señal de victoria.

Esta imagen es única en la iconografía cristiana ya que normalmente San Miguel aparece luchando contra el demonio con una espada o lanza o, también, pesando las almas en el Juicio Final.