El santuario de Aralar está enclavado en un lugar maravilloso, constituye un conjunto artístico de primer orden, prueba del aprecio que por él han sentido miles y miles de personas a lo largo de los siglos; es un lugar de reunión y de acogida, pero por encima de todo ello, el santuario de San Miguel in Excelsis es un centro de espiritualidad, es un lugar de culto mantenido desde hace más de mil años por el fervor popular, es una casa abierta a la oración, a la reflexión humana, es el lugar propicio para la reconciliación con Dios y con los demás.
Las puertas del santuario de Aralar permanecen abiertas todos los días del año. La entrada es siempre libre y GRATUITA.
El santuario de San Miguel in Excelsis, hoy como siempre, te ofrece la especial oportunidad de aproximarte a Dios, a sus obras y a su mensaje de amor y de paz.
El recorrido del ángel
Cada año, la efigie de San Miguel visita 320 localidades e instituciones del cuadrante noroccidental de Navarra. La visita tiene su origen en 1127, cuando la imagen visitó la ciudad de Pamplona para acudir a la fiesta de la dedicación de la Catedral de Santa María. Desde 1206 la visita se hace cada año, y la comitiva del ángel visitaba a los cofrades del Hospital de San Miguel.
La visita conlleva la bendición de los campos, la Eucaristía en la parroquia, la visita a los enfermos, y a la casa de los hermanos de San Miguel de la localidad.
Año jubilar
En 2018, Don Francisco Pérez, Arzobispo de Pamplona anunció ante los seminaristas diocesanos de Pamplona, Bayona, San Sebastián, Vitoria y Bilbao, la intención de pedir al Papa la celebración de un Año Jubilar de San Miguel. La razón, redoblar la oración para la defensa de la fe católica en el mundo, la lucha contra el Maligno, y el impulso para el anuncio del Evangelio a cuantos aún no lo conocen.
En estos momentos, se trabaja coordinadamente con el Santuario de San Michele en el Monte Gargano (Italia), para que otros santuarios del mundo se añadan a la iniciativa de los Obispos de Pamplona y Manfredonia-Vieste- S. Giovanni Rotondo.